El diario de sueño
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En resumen, el diario de sueño es una técnica sencilla que permite recoger información muy relevante acerca de las características del sueño y de los factores que facilitan o perjudican al mismo. Aunque en ocasiones esta información deberá ser contrastada con la polisomnografía, en la mayoría de casos es suficiente para evaluar la calidad de sueño de una persona.

Anteriormente se presentó en este Blog, qué es y cómo se realiza de forma básica, un polisomnograma (PSG). Como ya se dijo el PSG es la principal técnica para evaluar el sueño, y en ocasiones es imprescindible su empleo para llegar a un diagnóstico acertado de determinados trastornos del sueño. No obstante, además de esta metodología que proporciona datos objetivos, existen otras menos costosas que permiten una evaluación de las características más importantes del sueño aportando información autoinformada. Nos estamos refiriendo a los Diarios de Sueño.

¿Qué es el Diario de Sueño?

Como su nombre indica, el diario de sueño, es un documento en el que la propia persona interesada en conocer su sueño, registra una serie de parámetros del mismo y de los factores que pueden estar influyendo en su calidad. Mediante esta prueba relativamente sencilla, los evaluadores obtienen una gran cantidad de información acerca del sueño. Normalmente, el diario se realiza durante al menos dos semanas con el fin de tener un conocimiento más o menos fidedigno del sueño. En caso de los tratamientos de los trastornos del sueño es habitual realizar el diario durante todo el tiempo que dure éste. De esta forma se puede conocer cuánto duerme, cómo duerme y detectar actividades que la persona está realizando y que puedan afectar a la calidad  de su sueño.

Modalidades del Diario de Sueño

No existe una única modalidad de diario de sueño, es más, lo habitual es adaptarlo a cada caso en particular, incluyendo aquellas cuestiones que más nos interesan para conocer la calidad de sueño o para ver la evolución de un tratamiento concreto.

Análisis objetivo del sueño

En primer lugar, se suele incluir una serie de preguntas objetivas sobre el sueño. Entre ellas estaría la hora en la que se acostó el día anterior, el tiempo aproximado en quedarse dormido desde el momento en que se apagó la luz, el número de despertares que ha sufrido esa noche, la duración de cada uno de esos despertares, la hora a la que se despertó por la mañana y la hora a la que se levantó de la cama. El análisis de estos datos registrados nos permite el cálculo de la latencia de inicio del sueño, el tiempo despierto después de iniciado el sueño, el despertar precoz, el tiempo total de vigilia, el tiempo total en cama, el tiempo total de sueño, la eficiencia de sueño y el número de despertares nocturnos (véase el ejemplo de más abajo). Con todo ello se determina el promedio de eficiencia del sueño (relación entre el tiempo dormido y el tiempo pasado en cama) en el periodo analizado. Ello nos permitirá detectar un posible insomnio y su modalidad (de inicio, tardío, etc.)

Análisis subjetivo en compararción al análisis objetivo del sueño

En definitiva, podemos calcular parámetros de sueño similares a los proporcionados por el polisomnograma, con la limitación obvia que no es una información objetiva sino la impresión que tiene el propio sujeto acerca de su sueño, por lo que no siempre sería suficiente con un diario de sueño. Por ejemplo, pacientes con trastornos graves de sueño pueden no ser conscientes de la realidad de su sueño, por lo que en estos casos se hace imprescindible la polisomnografía. En definitiva, junto con el análisis objetivo del sueño, se puede realizar un análisis subjetivo, es decir, la forma en que la persona percibe su sueño.

Evaluar el nivel de descanso/somnolencia

En un diario de sueño también se pueden incluir cuestiones acerca del nivel de descanso que la persona siente, el grado en que la persona se siente descansada o no, si la persona percibe dificultades en dormirse al inicio o tras un despertar… Este grupo de preguntas nos ayudará a saber si la persona presenta cansancio pese a que el sueño sea normal o dentro de los parámetros normales. Aunque en estos casos se recomienda combinar el diario de sueño con alguna escala que permita al sujeto autoevaluar su nivel de somnolencia, por ejemplo, al levantarse, a media tarde y antes de acostarse. Una buena elección para estos casos es la Escala de Somnolencia de Stanford, un instrumento sencillo.

Los hábitos diarios influyen sobre la calidad de nuestro sueño

Complementariamente, se suele incluir preguntas sobre factores de la vida diaria que puedan estar influyendo en el sueño. En este caso principalmente se pregunta sobre aspectos dietéticos y sobre consumo de sustancias estimulantes o que produzcan somnolencia. Además se puede preguntar sobre las actividades antes de dormir tales como la práctica deportiva o la realización de actividades estimulantes (como, por ejemplo, acostarse justo después de terminar de trabajar o de ver series/películas/videojuegos de acción). Este grupo de preguntas son muy útiles para detectar hábitos alimenticios o de actividades, que estén influyendo o generando problemas de sueño.

Factores externos

Paralelamente al diario de sueño se puede preguntar sobre aspectos relacionados con las características del dormitorio como el dormir acompañado o no, los ruidos, el tiempo y calidad del colchón, la temperatura y corrientes, etc. Con ello, también se puede detectar aspectos que puedan influir sobre el sueño y puedan mejorar el mismo aplicando cambios físicos en el dormitorio en la media que sea posible.

Alejandro GuillénAlejandro Guillén Riquelme, es Doctor en Psicología por la Universidad de Granada. En la actualidad es investigador en el Centro de Investigación Mente, Cerebro y Comportamiento (CIMCYC) de la Universidad de Granada. En este centro es responsable del Laboratorio del Sueño y Promoción de la Salud. Durante su formación ha realizado el Máster de Diseños de Investigación y Aplicaciones en Psicología y Salud, así como varios cursos sobre metodología, estadística e investigación. A lo largo de su carrera destaca el estudio de la evaluación de la ansiedad, siendo coautor de la adaptación española del STAI, el séptimo cuestionario más empleado en España. Ha participado en cinco proyectos de investigación y ha publicado 30 artículos (27 de los cuales en revistas indexadas en el Journal Citation Reports).

Juan Carlos Sierra es Profesor Titular en la Facultad de Psicología de la Universidad de Granada, en la que se doctoró en Psicología. Es el responsable del Laboratorio de Sexualidad Humana del Centro de Investigación Mente, Cerebro y Comportamiento (CIMCYC) y miembro del Laboratorio de sueño y promoción de la salud. Entre sus líneas de investigación destacan varias relacionadas con la sexualidad humana: asertividad sexual, fantasías sexuales, satisfacción sexual, victimización, etc.

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