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Cómo leer en la cama y no morir en el intento
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Leer en la cama es un placer reservado para aquellos que saben disfrutarlo plenamente. Son muchas las personas que todos los días leen antes de ir a dormir.

Esta costumbre les ayuda a relajarse, despejar la mente y a dormir fácilmente. Como rutina para conciliar el sueño, si nos ayuda, vale. Sin embargo, esta práctica puede acarrear problemas (en ocasiones permanentes e irreversibles) en el sistema muscular y esquelético, derivados de las posturas que se adoptan mientras se está leyendo en la cama.

Los peligros de leer en la cama en una mala postura

Una  higiene postural deficiente como la que adoptamos mientras leemos en la cama antes de dormir, provoca dolor espalda, concretamente, leer en posición forzada, puede tener consecuencias como lumbalgia, dolores cervicales y de cabeza.
Sentados en un sillón y con dos cojines (para facilitar el apoyo de la zona lumbar), es la postura ideal que deberíamos adoptar cada vez que vayamos a leer antes de irnos a dormir.  Claro que… una cosa es leer antes de ir a la cama y otra “leer en la cama”, y por supuesto, lo realmente relajante es abandonarnos en la cama a merced de un buen libro, hasta que Morfeo venga a por nosotros ¿verdad? Pues bien, tenemos buenas noticias: también podemos leer recostados en la cama sin que esto suponga un peligro para nuestra salud, siempre atendiendo a una serie de consejos sobre cómo hacerlo adecuadamente.

Leer en la cama: un hábito saludable si lo llevamos a cabo correctamente

Si eres un apasionado de leer en la cama, pero también te preocupa la salud de tu espalda debes seguir una serie de consejos que te proponemos desde LoMonaco:
Iluminación. Es importante que el foco de luz provenga desde detrás de nuestra cabeza si se trata de una lamparita de noche, aunque lo ideal es que el punto de luz de la habitación provenga del techo. La escasez de luz hace que tomemos una posición incorrecta cuando leemos, se forzaría el cuello y la musculatura de la zona. Además, nos acercaríamos demasiado el libro, lo que podría dañar nuestra vista con el paso de los años.
Tumbados boca arriba. Si has tenido un día especialmente duro y necesitas acostarte para leer, la mejor posición para hacerlo sería tumbados boca arriba, colocando un cojín bajo las rodillas, para facilitar el total soporte de la espalda. El libro deberá estar a una distancia de unos 40 cm de nuestros ojos, la precisa para poder leer correctamente sin cansar nuestra vista.
Un buen colchón y una buena almohada, lo mejor. Para evitar forzar el cuello y nuestra musculatura, lo más recomendable es utilizar una almohada de calidad, adaptable e indeformable,que nos cubra hasta la parte más baja del omóplato, cuando estamos recostados.  Además el colchón debe ajustarse a los contornos, protegiendo siempre nuestra zona lumbar.
Leer con la cabeza torcida y en una posición incómoda, podría desencadenar problemas musculares y cervicales, por lo que lo más aconsejable para prevenirlos, es tener en cuenta estos consejos y adquirir buenos productos de descanso.

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